domingo, 15 de abril de 2007

¿Alucinaciones?



Carlos, mi dentista, tienes unas manos de oro, mi confianza en él es absoluta. Sé que sabe encontrar la solución para cualquiera de mis problemas.
Hacía unos días venía notando unas molestias en uno de mis molares, por lo que antes de que la cosa fuera a más decidí ir a que me hiciera un apaño.

Tenía la sala de espera a rebozar, pero Carlos siempre tan amable y con ese acento venezolano me dijo amablemente:
- Joan, sé que andas con prisas y no te voy a poder coger hasta dentro de dos horas, pero como es un empaste sencillo si quieres te lo puede hacer Irene, mi ayudante.

Se acercó Yrene con una maravillosa sonrisa “Colgate” una cabellera “Loreal” (porque yo lo valgo) y un cuerpo….ainnnsss….que cuerpo. Oí un coro de serafines (ayer vi cine de barrio con Juanito Valderrama) y una voz celestial que me decía:
- ¡¡¡Joan esa niña es un ángel, nada malo te puede ocurrir entre sus manos!!!

Irene, me acomodó colgó una servilletita alrededor de mi cuello, y mientras ella iba preparando su instrumentaría, iba yo pensando:
- ¿Te has cepillado los dientes? (si claro, siempre lo haces)
- ¿A ver si te va a oler el aliento?(que no hombre que no, si has hecho enjuagues con elixir sabor del polo)
- Le vas a tener que enseñar toda tu dentadura con tus empastes tus coronas, tu lengua, tío que eso es una cosa muy personal…

Salí de mis adentros de forma precipitada al oírla decir:
- Abra la boca Joan.

Apreté los labios la miré con ojos inquietos
- No se preocupe no va a sentir nada solo un pequeño pinchacito, me dijo con voz dulce y cautivadora.

Abrí la boca, es cierto que note apenas el pinchazo, un hormigueo me fue subiendo y subiendo…y subiendooo…

Irene se quito la bata blanca se quedó en tanga y sujetador negro (las dentistas siempre llevan ropa interior negra) Sus pechos grandes y firmes me miraban dejando adivinar la dureza y el tamaño de sus pezones. Acercó su cara a la mía dejando caer uno de sus rizos dorados sobre mi mejilla:
- Le voy a desabrochar la camisa está usted muy acalorado
- Lo tengo todo acalorado le respondí acariciando sus pechos
- ¿Joan donde está?
- Contigo amor mío, en el paraíso, le dije con mi mejor voz sensual
- A ver corazón hágame el favor de….

No la deje terminar y la senté encima de mí aplastando su sexo contra mi polla que me dolía de lo tersa que estaba. Ella complacida y juguetona me pellizcaba las mejillas. Una sacudida fuerte en la mejilla me hizo abrir los ojos.
Carlos e Irene me miraban preocupados mientras me zarandeaban.
Extrañado pregunté:

- ¿Que pasa, que hacéis, donde estoy?...¿ Quiero volver allí!…

Irene lloraba, mientras Carlos le recriminaba:
- ¡Te dije que una ampolla era para cuatro clientes, con esto anestesias un caballo!

Después de pedirme disculpas y darme fecha para otro día me metieron en un taxi. Pasé el resto del día durmiendo.

Una pregunta me acedía noche y día: ¿La senté encima de mí y le agarre los pechos?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra vez:
Me lo he pasado genial
creia que era yo la que
tenia, mucha imaginacion
pero veo que algunos me
ganan.
Feliz dia, JOAN.

mireias32 dijo...

Pues noto unas ligeras molestias en mi dentadura, si eres tan amable me pasas la dirección del dentistaa?
Besos de lunes
Lady Bourbon

Anónimo dijo...

uyyyy....a eso se le llama flipar en colores...desde luego que lo que no te pase a ti no le pasa a nadie. Yo te cuidaré chiquitín.
Muaaaa